The Sentinels Libro II - Dark Powers1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25
De cierta manera, las mismas cosas que he aconsejado contra
los otros son lo que la misión de los Sentinels es: lanzarse
uno mismo en el medio de los Formadores y tomar el riesgo de que su
diseño no se tornará en una tragedia completa. Dr. Emil Lang, El Nuevo Testamento
No encontrando ninguna oposición inmediata –de hecho, ningún signo de que el Invid haya detectado la llegada de la nave en modo alguno– Lisa se movió rápidamente para consolidar lo que ella esperaba fuera una ventaja de sorpresa total. Los VTs se lanzaron para cubrir y defender cualquier ataque enemigo; las fuerzas de ataque se alistaron para la señal de luz verde. La nave insignia se abrió paso hacia el planeta y aún así no había signos de una respuesta. “Nada en el aire, actividad cero sobre el terreno, no hay comunicaciones, ni fuentes de poder –nada,” un oficial técnico reportó desde la GMU. “Capitán Hunter, si ellos están jugando al muerto, están haciendo un trabajo asombroso. Creo que no hay nadie en casa.” “El truco más viejo del libro,” Lisa oyó a Jonathan Wolff murmurar por la red de mando. ¿Pero qué si Wolff estaba equivocado? Ella había aprendido a esperar lo inesperado de esta guerra, y seguramente un aterrizaje sin lucha sería la cosa más inesperada de todas. Ella cautelosamente acercó la nave insignia, pero no demasiado cerca, permaneciendo más allá de la órbita más exterior de las dos pequeñas lunas de Praxis. El próximo movimiento no fue difícil de deducir, pero ello le trajo una punzada personal de pena. “Líder de Skull, vamos a necesitar reconocimiento; junte a sus elementos y dígales que vigilen a sus perseguidores allí abajo.” “Entendido,” Max Sterling respondió. Había traído un poco de sorpresa a Lisa que Rick, al retornar al servicio de combate con su antigua unidad, no hubiera intentado tomar el comando. Pero los Skull, como los antiguos israelíes y suizos antes que ellos, no dejaban que el mero rango o antigüedad determinase quien volaba en liderazgo. Aquel era asignado a quien tenía la mayor experiencia con el mecha particular, mejor conocía la situación actual y las tácticas, tenía el registro de rendimiento superior, y cosas por el estilo. Y en este momento, Rick Hunter, almirante o no, estaba lejos del principio de la lista. Por lo tanto, él se había tragado su orgullo y tomado su lugar como piloto de flanco de un joven teniente comandante que había estado en la escuela secundaria cuando Rick Hunter era Líder de Skull. Sin embargo, no había ninguna duda de que Rick estaría bajando en el vuelo de inspección; con las filas de los Skull disminuidas como lo estaban, y Max prefiriendo usar veteranos en una misión incierta como esta, era lo único que se esperaba. A la orden de Max, varios Alphas –el de Rick entre ellos– rompieron formación y acoplaron sus secciones de cola a la retaguardia del mismo número de los poderosos Betas, formando naves unidas con autonomía y poder de fuego enormemente aumentados. El problema era que la maniobrabilidad disminuía y la capacidad de mechamorfosis era inexistente. Las combinaciones Alpha-Beta se precipitaron para un barrido en Praxis. El resto de los Alphas, Betas, y Logans retrocedieron para proteger a la Farrago bajo el mando de Miriya; Max había liderado el sobrevuelo, por supuesto. Los contadores de la duración de la misión registraron tensos minutos. Pero no había nada que reportar, fuera de la inmovilidad en el planeta y la estática de los canales de comunicaciones. Los Skull estaban escasos de combustible para el tiempo en que terminaron la órbita baja, y la Farrago se movió para recuperarlos. Lisa dio la orden de que el segundo grupo de reconocimiento entrase, esta vez más bajo, y tuviese al transbordador listo con su destacamento de desembarco. A su debido tiempo, Battloids caminaron las calles desiertas y las afueras de Praxis. Un contingente de los Hovertanks de Wolff, con Jack Baker entre ellos, estaba chequeando una de las ciudades más grandes en Praxis –un gran poblado costero, en realidad– cuadra por cuadra, casa por casa, para usarlo como una base de operaciones. Los equipos técnicos desde el transbordador juraron que no había nada sobre o debajo de la superficie del planeta más arriba de la escalera evolutiva que la vida silvestre nativa. Había muchas indicaciones de la ocupación Invid, pero las fortificaciones y Colmenas temporales estaban abandonadas. No había signos de las mujeres de Praxis. “Pero –¿por qué se marcharían con el Invid? ¿Qué uso podría tener?” Gnea estaba a punto de llorar. Bela golpeó ligeramente su hombro. “No lo sé, guerrera, pero lo vamos a descubrir. Y pobre de los Invid si no encontramos a nuestras hermanas sanas y salvas.” Lisa tenía esos mismos temores por las Praxianas, y otros problemas además. Sin la descarga de un simple disparo, la guerra de los Sentinels había sido traída a un alto escalofriante. Las Praxianas probablemente no iban a moverse hasta que tuvieran alguna idea de lo que le había sucedido a su pueblo, pero al mismo tiempo, cada hora consumida por la demora daba al enemigo una oportunidad para reagruparse y redesplegarse. Ella no podía darse el lujo de pasar más tiempo allí si no había ventaja. Había veces en que Lisa deseaba profundamente que el puente de la Farrago fuera pequeño, como el de las SDFs. Ella añoraba sentarse en la silla de mando que ella había instalado, como Henry Gloval solía hacer en su puente, tal vez con la visera del sombrero del uniforme tirada hacia abajo sobre sus ojos, y tratar de reflexionar sobre su salida de su actual apuro. Pero ella no tenía aquel lujo, y cada hora era un recurso precioso que ella no podía reemplazar. Los líderes Sentinel de mayor rango, Baldan y Veidt y el resto, querían conferir sobre lo próximo a hacer –aunque Bela y la mayoría de las otras Praxianas se negaban hasta a dejar la superficie de su planeta y retornar a la nave insignia. Lisa ejerció su autoridad como capitán y, en este estadio de las cosas, comandante general defacto. Ella puso a Vince Grant en el cuerno. Si las Praxianas no vienen a Mahoma... ella pensó. “Haremos un sobrevuelo bajo con la nave insignia y soltaremos a la GMU; la GMU comenzará un estudio intenso de la situación en Praxis e intentará alcanzar una conclusión lógica mientras llamo a una reunión amplia de los principales Sentinels. Dame una lista de compras, Vince; ¿qué necesitarás?” La mayor parte de lo que necesitaba ya estaba a bordo de la Unidad Móvil Terrestre; el resto de ello fue rápidamente transferido. También se estaba volviendo obvio que allí no había fuerzas hostiles o trampas en Praxis; por esa razón ella comenzó a temer por la seguridad de la nave insignia. Lisa ordenó que una fuerza mínima de VTs y Hovertanks sea asignada a la dotación de tierra, pero que la mayor parte de la seguridad sería el trabajo de un destacamento pequeño de los Destroids restantes. Unos pocos de los Skull serían retirados para proteger a la Farrago. Ella tuvo un pensamiento repentino cuando estaba a punto de concluir la llamada, y dijo, “Vince, hay una cosa más que puede venir bien. Dile a Jean que se asegure de tener su detector de mentiras Invid; voy a transferir a Tesla a la GMU.”
Ellas también tendían a fortificar los lugares, aunque las últimas guerras feudales de las antiguas generaciones –épicos baños de sangre de tremenda rivalidad y crueldad y actos valerosos– finalizaron siglos atrás. Pero las fortificaciones estaban en los niveles inferiores, y las historias más grandes de las estructuras de las amazonas podían ser puestas al descubierto, con paredes mosaico o paneles de madera incrustada que se removían o podían ser levantados. El castillo local en el sitio de aterrizaje de la GMU era el palacio veraniego del soberano elegido del planeta. Bela mostró cierto titubeo, en la espaciosa sala del trono; luego, como la guerrera de mayor rango entre su gente, ella tomó su lugar al lado del pie del trono. Ella no se sentó, sin embargo. Otros Sentinels se habían reunido allí entre las enormes imágenes ancestrales y la colección de estatuas santas. En este lugar elevado, uno podía ver el verde e inquieto valle llenando la vista hacia un lado y montañas grises con capas blancas azules de nieve hacia el otro. Según las costumbres Praxianas, todos los mecha de guerra habían sido acallados, apagados, de modo que la paz y quietud reinase. Hasta la GMU había sido apagada, sus motores de Protocultura inertes. Jack Baker, allí como un observador y ayudante de Wolff, observó a Bela vacilar cuando llamó a la reunión al orden. Ella es realmente un tipo de comando, un policía poco refinado, él pensó, empujada hacia las luces por los eventos. Esta vez, él consideró, los eventos habían escogido a la persona adecuada. La confianza de Bela creció rápidamente, especialmente con Gnea y las otras mujeres Praxianas allí para respaldarla. Halidarre estaba parada a un lado, pateando un poco y resoplando de vez en cuando, actuando más y más como un animal real con cada día que ella servía a Bela. Bela hizo el primer lanzamiento. “No soy tan buena para hacer rodeos como lo son los diplomáticos,” ella reconoció. “Sé que muchos de ustedes quieren pasar al próximo frente en esta guerra. En cierta manera no los culpo, porque no hay enemigos para luchar aquí. Pero las mujeres de Praxis no se irán hasta que hayamos hecho nuestro mejor esfuerzo para descubrir lo que le sucedió a nuestra gente. “Si no pueden esperarnos, les deseamos el bien. Pero algo ha ocurrido en nuestro planeta que tenemos que resolver antes de que estemos listos para hacer nuestro próximo movimiento.” Ella lo dijo de una manera que no toleró ninguna contradicción. Eso dejó a todos en silencio y pensativos, incluyendo a los Sentinels de mayor rango. Karen de mala gana reflexionó que el Programa de Liderazgo Avanzado de la Cruz del Sur podía haber aprendido una o dos cosas de Bela. Pero fue Burak quien se alejó de la multitud, se alejó sobre el piso de madera dura roja exquisitamente pulido de la sala del trono. “Mi corazón está con mis hermanas de Praxis,” él dijo. “Pero la pregunta es, ¿Están los suyos con el resto de nosotros? Es hora de tomar decisiones racionales.” “Tratamos de obtener mecha en Karbarra pero nos retiramos de allí con una pérdida neta penosa. Buscamos nuevos reclutas en Praxis pero encontramos un mundo vacío. ¿Cuándo verán los líderes de esta campaña lo obvio? ¡No hay luchadores en Haydon, no hay máquinas de guerra en Garuda! ¡Peryton, Peryton es la clave aquí! ¡Pasemos por alto este y otros mundos que no pueden promover nuestra causa, y liberemos Peryton de su maldición! ¡Entonces tendremos legiones!” Rick, escuchándolo, no estaba seguro de lo que había cambiado en Burak, pero algo le estaba dando una mirada nueva y más penetrante, una nota resonante a su voz, un aspecto más grande de vida a sus gestos. Era como si Burak hubiera recibido un sentido de destino personal. Rick había visto ese tipo d cosas antes, y los recuerdos no lo hacían sentir cómodo. Veidt de algún modo hizo un sonido como el de aclarar una garganta, aunque él no tenía boca con la cual hablar. “Burak, ya te he dicho en privado por qué pienso que es esencial dejar a Peryton esperar hasta que nuestras fuerzas hayan aumentado –porque pienso que es suicida para los Sentinels tratar de dirigirse solos a tu planeta ahora. Las dificultades involucradas son–” Burak interrumpió, acuchillando el aire con sus cuernos. “¡He oído eso con demasiada frecuencia, y tan fácilmente, de ti! Y digo esto a los Sentinels: ¿se interesan tan poco Peryton? ¡Que así sea! ¡La Farrago se desune aún más fácilmente que se une! Y el módulo que es mi nave es mía para hacer lo que desee; ése fue nuestro acuerdo. “¡Entonces, despídanme; hoy, ahora mismo, Burak de Peryton se va, para perseguir su propia búsqueda y traer salvación a su mundo, estén conmigo y los míos o no!” Hubo rezongos, y una docena de voces se levantaron para tratar de apaciguarlo, pero Burak no las estaba oyendo. Los otros pocos Perytonianos allí, con cara de piedra, se formaron detrás de él y marcharon hacia la salida. Lisa saltó cuando su comunicador de muñeca emitió un sonido corto y agudo llamando su atención. Por toda la sala del trono era lo mismo, llamadas de aflicción alcanzando a los Sentinels en una variedad de modos. “Farrago bajo ataque por una gran fuerza Invid,” fue todo lo que la mayoría de ellos oyó. Luego las transmisiones cesaron.
Él tenía avanzadas desmanteladas y vastas guarniciones, reuniendo una fuerza aún mayor que la que él había armado para enviar contra sus enemigos en Optera. Y esta vez la fortuna estaba con él. Su flota emergió de superluminal precisamente en el ángulo de ataque correcto, en buena formación y despliegue apropiado. Los Scouts y Pincers salieron como cohetes, esta vez bajo el mando de comandantes veteranos competentes, para trabar combate con los mecha enemigos para proteger su nave insignia. ¡Y la nave insignia! ¡Por cuánto tiempo él había deseado aquella presa! Una Computadora Viviente en la nave comando del Regente la comparó con las especificaciones que Edwards le había dado a él, y con precisión exquisita los sensores Invid penetraron más y más dentro de ella hasta que encontraron la unión y los componentes que Edwards especificó –los que Lron había explicado a la REF y a Lang cuando los Sentinels aparecieron por primera vez. Careciendo del gran poder de golpe del cañón de la GMU, la Farrago cambió a sus armas menores, animosamente disparando y disparando, el personal de las armas quedándose en sus estaciones aunque las cosas parecían desesperadas. La mayoría de ellos había estado en las jaulas Invid, y no tenían intenciones de volver allí, cualquiera fuere el precio de la libertad –aún si era la muerte. Pero la suerte no estaba con ellos esta vez. Los técnicos y los científicos del Regente habían preparado un super cañón de rayos de acuerdo con las cosas que Edwards les había revelado; ellos lo dispararon ahora. Aquel golpeó el corazón de la Farrago, enviando un pulso a través de la estructura de la nave. Al momento siguiente la nave insignia se estaba dividiendo. Las fuerzas que la unificaban se habían convertido en fuerzas que la separaban. El Regente observaba, un puño bajo su barbilla, preguntándose si había alguna lección aquí. Luego se levantó para vociferar a sus zánganos de comunicaciones. “¿No han contactado a la Regis aún? ¿Y bien?” ¡Ah, qué dulce victoria sería esta! ¡Borrar al enemigo que se acercaba justo a tiempo, humillar a los Sentinels y destruirlos para siempre aquí, donde su pareja podía verlo todo –y ser ganada de regreso por él a través de esta prueba de su poderío en la guerra y brillantez militar! Un golpe verdadero, salvaje e involucionado de grandeza.
Una cadena de explosiones abrió un conducto de poder a lo largo de un pasadizo principal, como algo siendo cosido por una máquina de coser monstruosa, infligiendo bajas terribles entre los seres de la tripulación atrapados allí. La última de las explosiones impactó con metralla y fuego el cuerpo del Sr. Blake, el confiable oficial de puente de Lisa. Él casi lo había logrado; el módulo Spherisiano estaba frente a él, el último que estaba intacto. No había nadie a bordo del Spherisiano; al menos, nadie vivo. Concusiones, explosiones, humo, y escombros voladores los había hecho caer a todos. Blake apenas se arrastró adentro; él estaba perdiendo el conocimiento y había perdido una gran cantidad de sangre. Sin embargo de algún modo se mantuvo de pie con una mano en una caja de comunicaciones y se extendió por la escotilla, buscando a tientas el disparador de emergencia. Él tuvo que quitar el sello de seguridad, rompiéndose las uñas en el proceso pero apenas sintiendo el dolor. Cansadamente, él tomó la pequeña palanca de cuarzo de allí y la tiró hacia abajo. Un tono cristalino comenzó a sonar en la nave Spherisiana vacía cuando su escotilla se cerró y las extrañas fuerzas de repulsión generadas por la descarga cerrada del Regente la comenzaron a separarla de la Farrago. Pero otra explosión interna voló toda esa sección del pasadizo y penetró el casco Spherisiano, matando a Blake instantáneamente y dañando la nave Spherisiana. Nunca haría su viaje de rescate programado; se partió por la mitad, la sección de impulsión se alejó dando vueltas con un vector propio, el resto se consumió, junto con el cuerpo de Blake, por otra enorme detonación de la Farrago. Los VTs, tomados por sorpresa y rodeados por una horda de mecha Invid, cerraron filas y trataron de defenderse como mejor pudieron. Unos cuantos elementos trataron de abrirse paso y huir hacia Praxis, pero las fuerzas del Regente se desplegaron para detenerlos. Los Skull se reagruparon y se prepararon para una lucha hasta la muerte. Hubo algunas transmisiones tergiversadas del Invid, algo sobre rendirse, pero los guerreros habían oído los cuentos de los Sentinels quienes habían estado presos, y decidieron que no estaban interesados. Excedidos en número en cinco a uno, y a ratos diez a uno, ellos volaban segundo a segundo, y morían a máxima impulsión. Unos cuantos unían Alphas y Betas y se catapultaban hacia el medio del enemigo; otros se reunían en elementos de lucha compactos, tirando al platillo a los enemigos hasta que su propio número se había terminado. Ellos eran lo mejor que la Tierra tenía para ofrecer, personas que habían contendido con condiciones de vida estrechas, salario bajo, y una separación larga de casa para servir a una causa mayor que ellos mismos. Y nadie estaba allí para agradecerles cuando morían en las torretas de las armas, en las cubiertas de vuelo, en las cabinas. Pero ellos no se habían alistado para las gracias, y no las habían esperado. La Farrago se desunió, sus montones de porciones despedidas y sobras de ellas hacia las inalcanzables estrellas. Los abundantes Invid se unieron en un enjambre para matar a los últimos de los VTs y bombardear los restos de la nave insignia.
Un técnico zángano miró afligido, dándose cuenta que podría morir en los próximos segundos. “¡Oh, Todopoderoso! ¡La Regis ya no está en Praxis! Las lecturas que recibimos indican que puede estar en su camino hacia Haydon IV con su mitad de nuestra raza, pero –no hay lecturas de Protocultura en Praxis, ni fuentes de poder, ningún movimiento –nada!” El Regente gritó en voz alta, pero habría sido demasiada incomodidad saltar de su trono y aniquilar al técnico. En vez de ello, él trató de sacarse el sabor de la desilusión de su mente. “¡Un desperdicio, un derroche! ¿Grabaron cada bit de mi victoria, de modo que ella lo pueda ver? ¡Entonces, prepárense para partir!” “¿Hacia Praxis, mi señor?” un Enforcer preguntó. El Regente abofeteó hacia un lado al Enforcer, y la armadura del Enforcer se curvó contra la cubierta con el impacto de ello. “¡No, por supuesto que no hacia Praxis! ¡De regreso a Optera! ¡Encontraré a esa hembra y le haré ver la verdad, la haré apreciarme!” Él sintió aceleración a su alrededor aún cuando emitía más órdenes. “Envíen una pequeña fuerza de observación a Praxis en caso de que alguno de mis enemigos retorne; este lugar es inservible para mí ahora. Que les instalen un transmisor para que me adviertan si hay problemas aquí de nuevo. ¡Y luego regresemos a la Colmena Hogar!” Estaba su álter ego que cuidar, e instigar su sendero. Suficiente de estos humanos entrometidos; él enviaría su simulagente doble para terminar con la base de Tirol, luego consolidar las estrellas cercanas a su conveniencia. Y cuando tuviera todas las cartas, haría inclinarse a la Regis. Un pensamiento repentino lo sacudió. ¿Si él podía producir una copia de sí mismo, por qué no una copia de la Regis? ¡Sí! ¿Una que sería respetuosa y dócil y una esposa apropiada? Sumisa y obediente y... receptiva hacia él. La imagen misma de ello lo hizo sentirse más bien paterno y esposo al mismo tiempo. Pero no; él gruñó cuando se dio cuenta que la Regis se había marchado, y se había llevado todos los modelos biogenéticos detallados de sí misma con ella. Aún más al punto, el poseer una simple imagen de ella no sería lo mismo que poseerla, que someter a su compañera a su voluntad; él siempre estría consciente, en cierto nivel, que la cosa real estaba allí afuera en algún lugar del universo. “¿Por qué estamos perdiendo el tiempo?” él
bramó. La nave comando se puso borrosa al pasar a velocidad superluminal. Traducido por Luis N. Migliore (Córdoba, Argentina) |
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