La Nueva Generacion - Symphony of Light1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 epílogo
Si el incidente Ayres probó una cosa, fue que los Humanos y la Protocultura son básicamente inmiscibles. ¿Invid y Protocultura? Eso era otra cosa, como veremos. Mingtao, La Protocultura: Viaje Más Allá de la Mecha
Rook oyó la voz de Rand y miró sobre su hombro en dirección al bar. Él estaba diciendo a los hombres que él sabía donde Dusty podía ser hallado. Pero él no hizo ninguna mención del tiempo que él y Rook habían pasado con él. Él estaba siendo su usual protector propio, y sin embargo Rook encontró que ella estaba enfadada en lugar de agradecida; ella no quería agradecerle tanto más que estrangularlo. Porque Rand, debajo de toda la arrogancia y sarcasmo, era en realidad un hombre bastante sensible –de un modo algo rústico. Rook cerró sus ojos y apretó sus manos contra su frente, como en una actitud de oración. Yo sabía que él era a quien ellos estaban buscando, pero no parece posible que él pueda ser de sangre tan fría. Y quizá Rand está en lo cierto –quizá él es un agente Invid. Cuando ella levantó la vista, encontró a Marlene parada delante de ella. “¿Te encuentras bien?” Marlene le preguntó. “Vi cuán perturbada te pusiste en el bar.” “Estoy loca,” Rook dijo molesta mientras Marlene se sentaba a su lado. Marlene hizo una expresión de confundida. “Supongo que debo merecerlo por alguna razón... Verás, no tengo la intención de curiosear, pero pareces como que podrías necesitar un amigo.” Rook suspiró y tomó la mano de Marlene. “Lo siento, Marlene. De hecho estaba pensando en la amistad.” “¿Quieres hablar sobre ello?” Rook hizo prometer a Marlene que lo que ella estaba a punto de decir permanecería entre ellas; luego ella le contó sobre la breve escaramuza con las naves Invid y el motociclista herido al que ella había ayudado. “Era Dusty Ayres,” Rook confesó. “Creo que desde el principio lo supe, pero yo sólo no quise creerlo. Y después de que él me dijera por lo que había pasado, comencé a compadecerlo. Probablemente yo no habría dicho nada si esa foto no hubiese aparecido. Ahora tendré que mentir sobre ello.” “Pero Rand no dirá nada. Él no sabe lo que tú estabas sintiendo.” Rook mostró una tenue sonrisa. “Oh, él lo sabe, Marlene, lo sabe...” Una lluvia ligera había empezado, pero pasó un momento antes de que Rook la notara. Ella podía oír a los soldados en el bar discutiendo sus planes para cazar a Dusty. Repentinamente, ella se puso de pie, sobresaltando a Marlene. “No podré descansar hasta que lo vea de nuevo. ¡Quizá pueda convencerlo de rendirse antes de que lo maten!” Rook salió a toda velocidad, dejando a Marlene sola en la lluvia.
Una lluvia pesada estaba cayendo, y la tierra estéril tenía todo el encanto de un paisaje en el infierno. Pero Scott estaba habituado a las idiosincrasias del tiempo de la Tierra. Además, él estaba obsesionado con la captura de Ayres, aunque él no había querido ninguna parte en ella inicialmente. Tal vez era porque él estaba convencido de que había más de la historia que nadie le estaba diciendo. Un supuesto proscrito invulnerable que estaba matando sistemáticamente soldados Robotech... Y sin embargo no se consideraba al hombre un agente Invid, y nadie tenía la menor idea de lo que lo motivaba a cometer los asesinatos. Ello sólo no tenía sentido. Scott hasta estaba comenzando a sospechar que Rand ocultaba algo. Era obvio por las cosas que él había dicho en el bar que él y Rook habían tenido más que un encuentro pasajero con Ayres. ¿Pero por qué Rand mentiría sobre ello? Scott se preguntó. Con Punto Reflex lo suficientemente cerca para tocarlo (y con la nueva información que los soldados del pueblo le habían suministrado), era imperativo que el misterio se resolviese así todos podían regresar a la pista. Como si para reforzar las preocupaciones de Scott, un escuadrón de unas quince naves Invid apareció repentinamente de las nubes. “¡Invid a las doce en punto!” Lancer reportó por la red. “¡Un grupo de ellos, también!” Scott indicó con un gesto a los Cycloneros para que se dispersasen en abanico. “Aquí vamos, Rand,” él transmitió al Alpha. “¡Plan de combate estándar!” En la cabina del Veritech, Rand tuvo que reír. Plan de combate estándar. Ése era su pequeño chiste, que significaba: Has todo lo posible y todos trataremos de no matarnos unos a otros en el proceso. Rand les deseó suerte y llevó a su Guerrero a lo más espeso de las cosas. El escuadrón estaba compuesto de unidades Pincer y un líder azul que él pudo ver; él logró destruir una de las naves inmediatamente pero pasó los siguientes pocos minutos haciendo cabriolas y esquivando discos y fuego de láseres del resto. El azul especialmente estaba acosando su cola con toda el alma. “¡Son demasiados!” él gritó por la red, al revés ahora y enredado por rayos rojos furiosos y corrientes de discos de aniquilación. “¿Dónde diablos está Rook cuando la necesitamos?”
“Lo sé. Pero era un riesgo que tenía que tomar, Dusty.” Él le sonrió falsamente a sabiendas. “Así que sabes mi nombre, ¿huh? Y tenías que averiguar más sobre el asesino misterioso. ¿no?” “Así lo creo,” ella comenzó a decir, preguntándose si se resignaría a admitir más. “Bueno, no hay nada más que averiguar,” él contestó antes de que ella pudiera continuar. “Así que regresa a tu Guerrero y olvídate de tratar de involucrarte en esto.” “Pero ya estoy involucrada,” Rook gritó. “Yo sabía quién eras esta tarde. No necesité enterarme de ello en la ciudad. Y todo lo que te pido es una explicación.” Dusty partió hacia su motocicleta. “Tengo cosas que hacer, Rook. No tengo tiempo para esto.” Rook quitó hacia atrás cabello mojado de su cara. “Supongo que fui ingenua al pensar que podía evitar que mates de nuevo, así que no me dejas alternativa...” Ella desenfundó su blaster y lo apuntó hacia él. “Soy un soldado, Dusty, tal como el resto de ellos. Tengo amigos a quienes proteger.” Ella pudo ver que lo había sorprendido, pero él no hizo ningún movimiento por sacar su arma. “No quiero lastimarte, Rook–” “No te muevas o dispararé,” ella le advirtió. “Estás cometiendo una equivocación,” él dijo después de un momento. “Sólo baja tu blaster y escúchame. No me hagas hacer algo que vaya a lamentar.” Las ventanas de la nariz de Rook ardieron, pero ella no pudo impedir que las palabras de Dusty socavasen su voluntad. Ella recordó cómo él había dispara a Rand, y recordó las historias de su invulnerabilidad... Por último ella bajó su arma, y Dusty le agradeció. “¿Recuerdas lo que te dije en el río, Rook? ¿Sobre los experimentos que el Invid hizo conmigo?” Él arrojó el poncho sobre un hombro y abrió su camisa para que ella le diera un vistazo a las placas de aleación que cubrían la mitad de su pecho. “Mis amigos dejaron que esto me sucediera, Rook. Fueron espectadores pasivos y dejaron a esos monstruos usarme como un animal de laboratorio. Ellos reemplazaron mi lado derecho entero pedazo a pedazo con órganos generados con Protocultura y estas prótesis metálicas.” Ayres la miró con ira. “¿Realmente me culpas por cazarlos?” Rook levantó su cabeza para responderle. “Debe haber sido intolerable,” ella empezó en un tono compasivo. “Pero considéralo, Dusty: tú fuiste un soldado una vez. Quizá tus amigos no pudieron llegar a ti. Quizá lo intentaron y fallaron. Y mira lo que estás haciendo ahora: estás matando a las únicas personas que pueden vengarte. Tus enemigos son los Invid. Cómo puedes estar seguro de que ellos no implantaron algo en tu cerebro cuando estaban llevando a cabo esos experimentos –algo que te pudiera compeler a atacar a tus propios amigos.” Rook esperó que él respondiera. La última posibilidad tenía mucho más sentido para ella que la primera, porque si los amigos de Dusty realmente habían hecho un intento para salvarlo, ¿por qué ahora estaban actuando como si todo el asunto fuese un gran misterio para ellos? Era un punto discutible, sin embargo: Dusty estaba sacudiendo su cabeza, rechazando lo que ella había dicho. Él levantó su prótesis en la luz del faro delantero de la motocicleta e indicó once marcas de líneas entrecruzadas grabadas en la aleación del antebrazo. “Cada marca es un nombre que de preferencia olvidaría,” él le dijo. “¡Pero no olvidaré hasta que haya matado a todos!” Más que las marcas, Rook pudo ver la locura en los ojos de Dusty. “Entiendo,” ella dijo suavemente. Él pronunció una breve risa maniaca. “Esperaba que lo hicieras, Rook.” Él aceleró el acelerador de la motocicleta y trajo el sombrero abajo hasta su frente. “No tengo quejas con tus amigos, pero no traten de detenerme –ninguno de ustedes.” Rook le permitió marcharse. Nos encontraremos de nuevo, ella se dijo. Y haré lo que tenga que hacer...
“Parece que nos hemos metido en un aprieto esta vez,” Lunk dijo desde el suelo, donde los soldados estaban vertiendo disparos al cielo. Al emplear los propulsores de los pies para estabilizar la nave, él levantó el arma en posición terciada y fijó en la mira a otro Invid. Él disparó, dándole a la nave en la mitad. “Sólo manténte disparando,” Rand le dijo a Lunk, mientras el enemigo caía como un meteoro. Scott detuvo su mecha haciéndolo chillar y se puso de pie, montando a horcajadas el asiento para poner su rifle de asalto en juego. En lontananza a nivel del suelo, él vio una luz brillante moviéndose hacia él. “¡Algo se acerca!” él alertó a los otros. “Esperemos que esté de nuestro lado,” dijo Lancer. Lunk bajó su arma para echarle un vistazo. “¡De veras se mueve rápido!” Repentinamente las nave Invid cesaron su ataque y comenzaron a formarse tras el líder azul, como para observar la llegada del recién llegado. Entonces la voz de Rand llegó por la red: “¡Es la máquina de Dusty Ayres!” Con una docena de naves Invid aún sobre sus cabezas, Rand esperaba que Scott tuviera la suficiente cordura para retroceder y reagruparse, pero en vez de ello, él oyó a Scott decir, “¡Atrapémoslo!” y se lanzó en persecución del proscrito. Dos de los otros soldados Robotech siguieron su liderazgo. Dusty Ayres vio a los Cyclones viniendo rápidamente hacia él y mostró una sonrisa de satisfacción. Vaya, vaya, Steve y Kent viniendo con sus saludos, él pensó. Cuán considerados de ellos. El panel del lanzador se deslizó, y Ayres dejó a su pulgar cernerse sobre el botón del gatillo. “¡Ahora mueran!” él gritó, y disparó. Los misiles salieron muy velozmente del compartimento y encontraron sus objetivos; los dos motociclistas fueron volados en pedazos. Scott entrecerró los ojos cuando las flamas hicieron erupción en las arenas, instantáneamente recalentando el aire y llenándolo con el hedor de la muerte. “¡Flanquéenlo!” Scott ordenó a Lancer y al quinto Cyclonero. “¡Intentaremos un fuego cruzado!” Los tres Cyclones y el APC convergieron en el motociclista solitario, anunciándose con un vendaval horizontal de descargas letales. Pero Ayres parecía estar sobreviviendo a todo ello; sus ropas fueron desgarradas en pedazos e incendiadas, pero el hombre estaba ileso. “¡Ellos tenían razón, Scott! ¡El sujeto es indestructible!” Lancer exclamó. Ayres respondió el desafío con disparos de exactitud mortal, primero derribando al Cyclonero, luego arrancando a los soldados en el APC uno a uno antes de soltar misiles contra el propio vehículo. Lunk fue arrojado unos buenos seis metros de los restos ardientes; cuando él levantó la vista, vio a Scott revoloteando sobre Ayres en modo Armadura de Batalla, vaciando todo lo que el mecha tenía contra él. Lancer se detuvo un momento más tarde, y Scott aterrizó al lado de los dos. “Buen disparo,” dijo Lancer mientras los tres miraban la ruina que era la motocicleta de Dusty. Pero aún no había terminado: Ayres –al menos algo que se asemejaba a Ayres– salía caminando de las llamas. “¡Debo estar alucinando!” Lunk gritó. Los ojos de Scott se abrieron de par en par debajo del visor del casco. “¡Desearía poder decir que necesitas anteojos, pero yo lo estoy viendo, también!” Entretanto, todos se habían olvidado de Rand –todos excepto el Enforcer Invid, es decir. El resto de las naves estaban aún en formación en el aire, pero el comandante había perseguido a Rand hasta el suelo. Aún en modo Battloid, él estaba tratando de ir a un mano a mano con la cosa, pero su Guerrero reconfigurado era un infante para el gigante del enemigo. Afortunadamente, Rook llegó rugiendo a su ayuda en un santiamén, de algún modo logrando pilotear su VT rojo precisamente a través de las unidades de combate Pincer sin una pelea. Juntos, los dos Veritechs acometieron contra el Enforcer y lo abatieron con suficiente calor explosivo para convertir la lluvia a nubes de vapor. Cuando los pilotos de las Naves Pincer vieron esto, rompieron la formación y cayeron sobre los humanos; pero para ahora Rand y Rook estaban espalda contra espalda, con los sistemas de armas de los VTs sincronizados. Al comando de Rand ellos lanzaron todos sus cohetes restantes, y en la exhibición de fuegos artificiales que siguió, cada nave Invid fue destruida. Al mismo tiempo, Lancer estaba viendo fuegos artificiales propios. El primero en atacar a Ayres, él fue el primero en caer, derribado por un golpe del brazo biónico del proscrito. Lunk ya estaba fuera de juego –él se había desmayado por el choque– pero Scott avanzó ahora, levantando su arma y advirtiendo a Ayres de que no se moviese. Confiado adentro del mecha reconfigurado, Scott razonó que la armadura de batalla de Lancer no había sido suficiente para resistir la fortaleza del monstruo Humano, pero seguramente Ayres no podría derribar a un Cyclonero... Scott trató de razonarlo de nuevo un momento más tarde, cuando se encontró tendido de espalda con Ayres parado sobre él apuntándole un blaster a su corazón. Él ni siquiera podía recordar el golpe que Ayres le había tirado. “Quédate allí,” dijo Ayres. “No te levantes.” ¿Quién podría decir lo que él habría hecho si los dos Veritechs no hubiesen aterrizado a ambos lados de él justo entonces? Rook y Rand tenían a los Guerreros en modo Guardián ahora; Rand apuntó el rifle/cañón hacia Ayres mientras Rook saltaba de su cabina para afrontar al centelleante proscrito medio humano. “Tú me dijiste que sólo era venganza, Dusty. Que tú no estabas tras el resto de nosotros, ¿recuerdas?” “Ellos intentaron matarme,” Ayres replicó, apuntando su arma manual hacia ella. La implicación era clara: si Rand disparaba, Rook iba a morir también. Nadie estaba seguro en este punto de que el VT pudiera realmente eliminar a Ayres. “¿Bien, qué esperabas que hicieran?” Rook gritó. “Tú eres un asesino.” Ella dio dos pasos hacia la boca del arma. “Así que también podrías comenzar conmigo, porque estas personas significan más para mí que la vida misma. Y si pensase que mi ayuda a ti ha contribuido a sus muertes, no podría vivir conmigo misma.” Ella gesticuló hacia su pecho. “Adelante, Dusty: justo aquí, justo aquí...” Scott, Lancer, y Lunk estaban instando a Rook a que retrocediera, pero ella mantuvo su posición. Ayres la miró con cólera y extendió su arma, pero un momento más tarde, para la sorpresa de Rand y el alivio de todos los demás, él la bajó. “No podría hacer eso,” él dijo, incapaz de encontrar los ojos de ella. “Yo sólo no podría... Quizá si hubiese tenido amigos como tú, nada de esto habría sucedido. Se los dijes: no tengo ningún asunto con ninguno de ustedes.” En medio de todo esto, el Enforcer Invid había logrado ponerse de pie y estaba dando ahora pasos vacilantes hacia los Humanos. Scott y el resto del equipo dejaron de apuntar las armas sobre Dusty y las giraron para apuntarlas hacia la nave que se acercaba. Pero Ayres les dijo que no se preocupasen por ella. “Puedo decir por como se mueve que ya no es ninguna amenaza para nosotros.” Scott, quien figuró que él conocía al Invid poco más o menos como cualquiera, disintió y dijo a su equipo ese tanto. Así que pareció que sólo Dusty fue sorprendido cuando los cañones de la nave ardieron a la vida. Él empujó a un lado a Rook, levantó su arma de mano, y disparó, dando en el centro del escáner de la nave. Rook ocultó su cara de los destellos cegadores resultantes y de la explosión siguiente. Ella creyó oír un grito espeluznante abrirse paso a través de todo ello, uno de agonía y liberación, y cuando ella levantó la vista Ayres había desaparecido, desintegrado junto con una gran porción de la propia nave Invid.
“Le dije que sus enemigos reales eran los Invid,” Rook explicaba. “Estoy segura de que ellos colocaron algo en su cabeza; ellos tenían más control sobre él de lo que él se daba cuenta.” “Más de lo que él quería admitir, eso es seguro,” dijo Lancer. “Esas naves se quedaron fuera para ver lo que le haríamos a su juguete. Él probablemente fue un experimento temprano para ver si nos podían usar uno contra el otro.” “Y es obvio que ellos pueden,” Scott agregó. Él intercambió una breve mirada con Lancer. Ambos estaban pensando en la piloto rubia que habían visto en la zona tropical y luego de nuevo en el paso de cordillera cubierto por la nieve. Y estaban pensando en Marlene. “Bueno, al menos él tuvo un amigo en sus últimos momentos,” Lunk dijo a Rook. Ella le dio una sonrisa pálida. “Él murió por nosotros...” “Basta, Rook,” Scott dijo ásperamente antes de que ella pudiera continuar. “No lo conviertas en algún tipo de héroe.” Rand vio la mirada de dolor aflorar en la cara de su amiga y se movió rápidamente al lado de Rook para tomar su mano. “Scott tiene razón,” él dijo suavemente. “Dusty no fue un héroe, Rook.” “¿Entonces que fue, Rand?” ella quiso saber. Los labios de Rand se comprimieron a una línea delgada. “Fue
una víctima.”
Traducido por Luis N. Migliore (Córdoba, Argentina) |